Laurencic, artista de la tortura

Alfonso Laurencic, torturaba en nombre del Frente Popular y obligaba a los detenidos a ver 'arte'. 

Las checas eran las cárceles del Frente Popular (coalición de partidos de izquierda) donde cientos de infelices fueron torturados y asesinados durante aquella contienda.
Entendido en colores y efectos de luz, combinaba figuras de ilusión óptica en las checas -agujeros de dos metros de altura por metro y medio de ancho- que hundían aún más el ánimo del recluso. Eran las llamadas celdas psicotécnicas, uno de los modelos de checa más cruel y que Alfonso Laurencic decoraba con dibujos inspirados en los artistas de la Bauhaus alemana. Estaban alquitranadas por dentro y por fuera, para que el sol recalentara el interior hasta convertirlo en un horno asfixiante. Lo peor era que la tabla que se utilizaba como cama estaba inclinada unos 20 centímetros, lo cual imposibilitaba descansar; por añadidura, el suelo era ondulado, inspirado en los diseños de la Bauhaus, que hacía que caminar resultara inseguro e incierto. Por último, las paredes eran curvas y sobre ellas se proyectaban motivos geométricos y obras abstractas y surrealistas de Kandinsky, Paul Klee y otros artistas (a Laurencic le encantaban las obras abstractas y surrealistas) o la famosa escena, la más brutal, de El perro andaluz, de Buñuel, en la que se ve cómo le rajan el ojo a una mujer con una navaja de afeitar.

Celdas armario, dibujadas por Laurencic. AP / ÁLBUM PERSONAL


El 'monstruo' (francés y con mucho arte) de las checas de Barcelona

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